La brecha digital es el reflejo de la brecha social en el mundo digital.
La rapidez de los cambio tecnológicos junto a la filosofía (desarrollado en el marco del sistema capitalista) de los sistemas/software privativo, el cual convierte el desarrollo y el conocimiento en una caja negra que no permite empoderarnos del conocimiento, nos lleva sin duda a un incremento de la fragmentación social ya existente y la exclusión de grupos sociales más desfavorecidos, al no disponer estos del acceso al conocimiento necesario para hacer frente a dichas transformaciones.
Si bien el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) aportan oportunidades para reducir la brecha social, existen obstáculos a superar para que el uso de estas, nos permitan acercar esas oportunidades a las personas y a las comunidades.
Pero las TIC, si vienen cargadas con una visión de consumo desde una óptica capitalista, solo con un interés económico; donde se prohíbe el estudiar, mejorar y compartir el conocimiento, donde estas tecnologías son construidas para el beneficio de una gran empresa y no el bien social, que no permiten pasar de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento, estás estarán destinadas a ser herramientas que aumentan la brecha digital.
No es suficiente ofrecer un acceso a las tecnologías, no es suficiente desarrollar software educativos que no den un acceso libre al código fuente. En consecuencia, este proceso de desarrollo tecnológico si no es bien orientado, puede crear una nueva era de exclusión social, llamada brecha digital, que es tan mala o peor que la antigua exclusión social.
Mészáros (2008) en “el desafío y la carga del tiempo histórico” nos explica como durante mucho tiempo nos dieron una “ilusión impuesta” de las tecnologías:
se suponía que la tecnología superaría por si sola todos los obstáculos y dificultades concebibles. En el mejor de los casos se trataba de una ilusión impuesta sobre todos aquellos que, a falta de alguna salida para su propio papel activo en la toma de decisiones, procedieron a la esperanza de que se van a dar importantes mejoras en sus condiciones de existencia, tal y como se les prometió. Tuvieron que descubrir, gracias a la amarga experiencia, que la panacea tecnológica no era si no una interesada evasión de las contradicciones por parte de quienes llevaban las riendas del control social. (Pág. 211)
En el pasado siglo, se usaron las palabras “Crecimiento” y “Desarrollo” para imponernos Tecnologías, solo con usar esas palabras mágicas el mundo las abrazabas sin vacilar y se movilizaban grandes recursos, sin siquiera preguntarnos ¿ese es el tipo de crecimiento o desarrollo que nosotros necesitamos?. En Venezuela entendimos con el sabotaje petrolero del año 2002 y la perdida de mas de 30 mil millones de dólares, que debíamos apropiarnos de las tecnologías, que era necesario poseer soberanía tecnológica y que con sistemas privativos nunca se podrá lograr.
Es por ello que después del sabotaje petrolero, por decreto (3390) se inician los procesos de migración a software libre y se invitaba a la administración publica a usarlo, pero no es hasta el año 2014, a través de la Ley de Infogobierno, que se hace obligatorio para toda la Administración Publica Nacional el uso del Software Libre.
En conjunto con estos decretos para el año 2009 se crea el Proyecto Educativo Canaima, con la intención de dar acceso a las tecnologías y formar a los chamos en software libre.
Para el Colectivo Carabobo Libre es necesario y fundamental la implementación y el desarrollo no sólo del software libre sino también el hardware libre que es la parte física de lo equipos (la unión de estos dos términos, a nosotros nos gusta llamarlo Tecnologías Libres), en el ámbito educativo, con el fin de descubrir e impulsar nuestro proceso creativo de creación, transformación y adaptación. Si realmente deseamos disminuir la brecha digital es necesario la formación integral y constante de #TecnologiasLibres.
Como lo dijo Freire “Necesitamos de hombres y mujeres que, al lado del dominio de los saberes técnicos y científicos, estén también inclinados, preparados para conocer el mundo de otra forma, a través de tipos de saberes no preestablecidos”. Para nosotros las tecnologías libres son saberes no preestablecidos, continua freire “La negación de esto sería repetir el proceso hegemónico de las clases dominantes, que siempre determinaron lo que pueden y deben saber las clases dominadas” un claro ejemplo de el software privativo, determina que pueden y deben saber las personas para seguir siendo una clase dominada, aumentando la brecha digital.
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